Los beneficios de la ecoarquitectura local
Si hay algo que nos puede quedar claro es que la responsabilidad de cuidar a la Tierra está en nuestras manos. En nuestra búsqueda por edificar el futuro es importante no perder de vista los cimientos de todo: nuestro planeta.
El desarrollo sostenible “es cuando se satisfacen las necesidades de la presente generación sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para que satisfagan sus propias necesidades”. De este término se desprende la arquitectura sustentable, la cual busca optimizar recursos, minimizar el impacto ambiental considerando los factores climáticos y ecosistemas de su entorno.
Entre las metas de la ecoarquitectura, como también es llamada, se incluye la reducción de consumo de la energía, al igual que el cumplimiento de los requisitos de confort térmico, salubridad, iluminación y habitabilidad de las edificaciones.
Pero frecuentemente, la mejor manera de cuidar el ambiente es muchas veces protegiendo la comunidad local y sus recursos. En el sentido de la construcción, uno de los ejemplos más famosos es el del Hospital Butaro, ubicado en el Distrito Burera, Ruanda.
La obra inició a finales de 2008 como parte de la restauración de la guerra civil que había azotado al país en la década de los noventa. Los arquitectos se enfocaron en apoyarse en la mano de obra regional, brindando oportunidades laborales y de educación a las personas. Los voluntarios fueron personas que usarían el hospital. Se tomaron en cuenta las necesidades de la comunidad, al igual que las materias primas que tenían a la mano, como la piedra volcánica de la montaña de Virunga.
Este tipo de construcciones no solo promueven que las personas participen en la construcción de su propio hospital, que sea el fruto de su trabajo, sino que impulsa la economía local y por lo mismo, el costo de la obra es menor.
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